“Estas criaturas son la luz de mis ojos”
Massiel Pinzón, baterista de la banda AlphaWhores y diseñadora de interiores, llevaba un tiempo sin tener mascotas. En 2021, pasaba por momentos difíciles y decidió adoptar. Tras ir a varias ferias de adopción de perritos rescatados de las calles por fundaciones para darles una segunda oportunidad, en este caso de fundación Patitas al Rescate, conoció a Billie Dakota.
“Ella me eligió a mí, y eso fue algo hermoso que jamás olvidaré”. Cuatro meses después, siguiendo las redes de fundación De Pata en Pata se dio cuenta de que había una cachorra que nadie quería adoptar. Se ofreció como hogar de acogida. Al principio Bacon (que ya venía con ese nombre) era muy desconfiada y temerosa, pero conforme fueron pasando los días se comenzó a llevar muy bien con Billie y se encariñó. Las voluntarias la llamaron para llevarla a una feria de adopción y fue en ese momento que supo que no la quería dejar ir, así que también se la quedó.
Su nombre oficial es Bacon Savannah, ya que le pareció muy tierno. “Es la mejor decisión que pude tomar haberla adoptado también y tener a las dos, son hermanitas inseparables, se aman y se hacen compañía”.
Describe a Billie como “expresiva con la mirada y también casi que habla cuando ladra y maúlla, es increíble. Le encanta correr rapidísimo, es muy sociable con niños, adultos y otros perros y está obsesionada con los juguetes, cuernitos de vaca y huesitos”.
En tanto, Bacon es más selectiva, primero estudia a la persona antes de entregarse, “le toma un tiempo, pero una vez te agarra cariño, no te la puedes sacar de encima ja, ja, ja… ambas son un amor y son increíblemente inteligentes. Es impresionante”. ¡A SEGUIR ADOPTANDO!
Confiesa que su vida sin ellas sería muy triste y vacía. “Estoy arrebatada por ellas, completamente enamorada. Ambas me salvaron la vida”. Sin duda alguna, sabe que adoptar es una gran responsabilidad. Antes de adoptar una mascota, recomienda que hay que estar dispuesto a ajustar la rutina para proveerles calidad de vida en cuanto a paseos, entrenamiento, juegos, caricias, paseos al parque y cuidarlos cuando se enferman. “Aunque
no es fácil, la recompensa vale absolutamente toda la pena, son animales emocionales y afectivos y, en especial, los criollitos son altamente inteligentes y agradecidos”.
