El Manhattan clásico es un coctel emblemático que mezcla bourbon o whisky de centeno con vermut rojo dulce, complementado con unas gotas de angostura para darle profundidad. Servido frío con una cereza al marrasquino, este trago ofrece un equilibrio perfecto entre dulzura, amargor y fuerza alcohólica. Su preparación sencilla pero cuidadosa lo convierte en un favorito atemporal para los amantes de la coctelería clásica.
Clásico neoyorquino
El coctel Manhattan es un clásico atemporal de la coctelería, reconocido por su elegancia y sabor sofisticado. Su origen se remonta a finales del siglo XIX en Nueva York, con diversas teorías sobre su creación.
Una de las historias más populares sugiere que fue inventado en 1874 por el barman del Manhattan Club, en una fiesta organizada por Jenny Jerome para celebrar la candidatura de Samuel J. Tilden a la gobernación de Nueva York. Sin embargo, otras versiones atribuyen su creación al barman William F. Mulhall, en el Hoffman House de Nueva York. La preparación es sencilla: en un vaso mezclador con hielo, se combinan el whisky, el vermut y la angostura. Se revuelve suavemente hasta enfriar la mezcla, luego se cuela en una copa de coctel previamente enfriada y se adorna con una cereza al marrasquino.
Existen varias versiones del Manhattan:
• Dry Manhattan: se prepara con vermut seco y rodaja de limón.
• Perfect Manhattan: se elabora con partes iguales de vermut rojo y seco, y se adorna con una cereza y rodaja de limón.
• Sweet Manhattan: incluye un toque de licor de marrasquino como digestivo.