CENTRO HEMATO ONCOLÓGICO PANAMÁ
UBICACIÓN
• Sede Principal y de Alta Complejidad: Hospital The Panama Clinic, Piso 20.
CONSULTORIOS Y SUCURSALES:
• Consultorios Royal Center, Piso 5.
• Centro Médico Nacional, Piso 3.
• Consultorios San Fernando, Piso 6.
• Clínica Especializada de Azuero, consultorio 10.
El pasado 9 de febrero de 2025 marcó un hito en la historia clínica panameña: se realizó el primer trasplante de médula ósea en una institución privada. Este acontecimiento, gestado por el equipo del Centro Hemato Oncológico Panamá (CHOP), en alianza con The Panamá Clinic, trasciende lo puramente médico para posicionar al país como un nuevo polo de esperanza y alta tecnología médica en la región.
Este hito confirma que Panamá cuenta con infraestructura de primer nivel, acompañada de la visión y la perseverancia de profesionales dedicados a ofrecer a sus pacientes el tratamiento que merecen.
LIDERAZGO Y EXPANSIÓN
La historia del Centro Hemato Oncológico Panamá es la crónica de una visión pionera. A principios de la década de 1990, cuatro médicos visionarios —el Dr. Ricardo Díaz, el Dr. Juan Pablo Barés, el Dr. José Luis Franceschi y el Dr. Julio Santamaría— unieron su experticia con un propósito claro: establecer el primer centro privado en Panamá que ofreciera atención integral y especializada a pacientes oncológicos y hematológicos.
Este sueño se materializó en septiembre de 1994 con el nacimiento de CHOP. Ubicado originalmente en el Edificio Royal Center, se consolidó rápidamente como el primer centro ambulatorio privado del país dedicado a la atención de pacientes con cáncer y enfermedades hematológicas, tanto malignas como no malignas.
Recientemente, abrieron una sucursal en la Clínica Especializada de Azuero, la cual es atendida por los oncólogos el Dr. Juan Pablo Barés Weeden, Socio Fundador de CHOP, y el Dr. José Pinto, quienes se especializan en el diagnóstico y tratamiento del cáncer mediante quimioterapia, terapia hormonal, terapia biológica y terapia dirigida, junto al Dr. Fernando Díaz, Médico Interno y Hematólogo.
CRECIENTE DEMANDA
La iniciativa de los trasplantes de médula ósea (o células hematopoyéticas) en una institución privada no surgió de la noche a la mañana.
De hecho, ya se venían realizando en Panamá desde finales de los años 90, pero exclusivamente en el sector público, en el Instituto Oncológico Nacional y en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social (CSS) en pacientes adultos.
Sin embargo, la creciente demanda de diagnósticos complejos y la necesidad de opciones para el sector privado —que solía requerir viajes a otros países cercanos como Colombia, México, Estados Unidos o Europa— hizo evidente la necesidad de expandir los horizontes locales.
El Dr. José Luis Franceschi, Hematólogo y Socio Fundador de CHOP, fue una de las voces que impulsó esta visión, en conjunto con el equipo de hematólogos y socios: la Dra. Lineth López, el Dr. Germán Espino y el Dr. Dimas Quiel, quienes cuentan con amplia experiencia en el manejo de trasplante de médula ósea.
El Dr. Franceschi relata cómo nació esta iniciativa: “Hemos visto que la demanda ha incrementado no solamente en el sector público, sino también en el sector privado, lo que generó en nosotros la necesidad de poder ofrecer esta opción de procedimientos a nivel privado en el país.”
Por su parte, la Dra. Lineth López, Hematóloga y Socia de CHOP, se refirió cariñosamente al proyecto como una incubadora de sueños: “Hace un tiempo en el podcast anterior habíamos mencionado este proyecto, como yo le llamaba el proyecto bebé, que creció, ya anda por ahí caminando y estamos muy contentos de que se haya desarrollado de una manera satisfactoria.” El procedimiento requirió más de un año de reuniones, organización y gestiones con los directivos de The Panamá Clinic, quienes invirtieron en la infraestructura necesaria.
ENTRENAMIENTO GLOBAL
La ejecución de un trasplante de médula ósea no admite improvisaciones; requiere un enfoque altamente multidisciplinario y una adhesión estricta a protocolos internacionales. El rol de CHOP fue fundamental en la creación de esta arquitectura clínica. El Dr. Franceschi detalla: “Podemos decir que el papel de CHOP fue un rol de asesor, con el apoyo y orientación de la Dra. Lineth López; se crearon normas y manuales de procedimientos en donde básicamente la mayoría fueron redactados por un equipo liderado por la Dra. López.” Estos manuales abarcan desde el diseño de las habitaciones —cumpliendo con requisitos de monitorización de presión positiva y normas de asepsia— hasta los protocolos de banco de sangre y el rol del personal.
La capacitación del equipo médico fue otro pilar esencial. Nuestros hematólogos realizaron estudios especializados, posterior a la formación básica en hematología, para obtener la certificación necesaria, ya que se requiere un entrenamiento entre seis meses y un año en un centro acreditado.
El Dr. Franceschi lo realizó en el Hospital de la Princesa en Madrid, España; el Dr. Dimas Quiel, en la Universidad de Nebraska, EE. UU.; el Dr. Germán Espino, en el Fred Hutchinson Cancer Research Center, Seattle, Washington; y la Dra. López, en el Hospital La Fe en Valencia, España.
La formación continua es una constante. La Dra. Lineth López menciona que un grupo de hematólogos de CHOP culminaron un postdoctorado en trasplante y terapia celular, con clases dictadas por la Universidad de Valencia y el Hospital de La Fe.
“Así que, siempre buscando la excelencia, pues uno nunca termina de estudiar.” Este rigor garantiza que el programa sea revisado por especialistas del Hospital de La Fe y por organismos internacionales como JACIE y FACT.
PACIENTE INAUGURAL
El primer procedimiento fue un trasplante autólogo de células hematopoyéticas, es decir, el paciente fue su propio donante. El protagonista fue un joven de 30 años con una enfermedad hematológica que, tras fallar el tratamiento inicial, requirió la utilización de la recién acreditada sala de trasplante.
Tras un proceso exitoso de recolección de sus propias células madre, la Dra. López explica: “Ese es el principio de un trasplante, es hacer un reset de tu médula ósea, para eliminar ya sea enfermedad residual o comenzar de cero.” El paciente se mantuvo un mes en aislamiento preventivo, inmunosuprimido, y tuvo una recuperación excepcionalmente rápida, siendo dado de alta a los 21 días. “Doctora, usted sabe que cuando me entrevisten, van a pensar que usted contrató a un actor pagado, porque yo me veo como si no me hubieran hecho nada.” La Dra. López concluye: “A veces, el protagonismo no recae ni en el hospital ni en los médicos, sino en el paciente que logra vencer una prueba de vida tan dura como esa.”
PANAMÁ, ‘HUB’ REGIONAL DE ESPERANZA
Más allá del éxito individual, este logro tiene profundas implicaciones nacionales y regionales. Históricamente, los pacientes privados debían viajar al extranjero para recibir este tipo de tratamiento, alejándose de su familia. El Dr. Franceschi subraya: “Es importante para Panamá porque lo convierte en un hub de la región para este tipo de procedimientos.”
Ahora, pacientes del Caribe y de países cercanos pueden venir a Panamá a trasplantarse, representando una nueva oportunidad para quienes buscan atención privada. Además, las puertas de la unidad de trasplantes están abiertas a todos los hematólogos del país que estén certificados y entrenados, no solo a los médicos de CHOP.
RETOS Y COMPROMISO
Este hito es solo el primer paso. El equipo ya se prepara para el siguiente desafío: los trasplantes alogénicos (de donante distinto al receptor).
Las técnicas han avanzado tanto que el donante ya no tiene que ser un hermano idéntico, sino que puede ser un familiar parcialmente compatible o incluso una persona no relacionada registrada en una base de datos global.
También es meta a corto plazo llevar esta opción terapéutica a la población pediátrica.La Dra. López, jefa de la unidad de trasplante, afirma:“Esa responsabilidad que yo tengo sobre mis hombros la llevo contentísima… y es una tarea que desarrollo con la mayor alegría de mi alma.”
El Dr. Franceschi ve este programa como la base necesaria para la próxima gran meta de la hematología: la terapia celular. Ambos coinciden en que el motor principal es el paciente y la posibilidad de ofrecer una nueva alternativa de vida. “Uno entiende que los riesgos que se corren valen la pena, porque hay una gran opción de salir adelante.”
Este logro es un triunfo para todo el sector de la hematología del país, abriendo las puertas a la excelencia y a una nueva era de la medicina en Panamá.